EL DESTINO ES MÍO

Publicado en por Julio Mauricio Pacheco Polanco

 

A esta hora de la noche, desde mi ventana o balcón, el cielo es agradable. Suelo subir a la cocina para prepararme algo para comer mientras voy ordenando mis ideas, es decir, lo que quiero escribir. De manera muy sencilla, corto un trozo de pollo, si debo ser exacto, es una pierna con una entrepierna de pollo. Lavo estas presas y las pongo en una olla con unas ramas de porro, orégano, ajo pasado en refrito con cebolla y un poco de ají molido. Unos fideos delgados y sal al gusto hasta que el agua alcance la ebullición me hacen esperar para meter las presas en lo que vendría a ser una deliciosa sopa de pollo para la media noche. Mientras tanto leo algunos textos sentado en una silla apoyando mis brazos sobre la mesa donde está el libro que ojeo. Poco a poco el aroma de la sopa va invadiendo la cocina. Tomo nota del tiempo, de cuánto debo esperar para echar los fideos y cuánto para verificar que el pollo esté bien cocido. Salgo entonces de la cocina solo para regresar a servirme mi sopa. Bajo al segundo piso a la vez que me inmerso en el silencio que me acoge desde mi balcón donde prendo un tabaco. La calle es soledad. Siempre he dicho que me agrada más escribir de noche que de día. De día suelo grabar algunos audios para hacerlos públicos a mis seguidores desde la red social. Bebo un poco de la KR, lo sé, lo he intentado una y otra vez, la Coca Cola no me inspira mucho, más lo hace la anterior, que hasta donde sé, es preparada con agua de la ciudad, me refiero a la cola negra. Sé que otros autores consumen o bien whisky u otras bebidas para inspirarse mejor, algunos como Baudelaire consumieron cannabis o tuvieron un exceso en la bebida como Poe quien no producía nada sino lograba estar ebrio. Calo mi tabaco mientras recuerdo la vida que no tuve, es decir la que no quise tener si es que debo aclarar más el panorama para mi amable lector. No, no quise el mundo de las fábricas ni de las oficinas. Me dijeron varias veces que pude ser un gran ingeniero o un notable arquitecto, lo de mujeriego me lo reservo para mí, eso es personal, en todo caso lo que pudo haber sido no cabe dentro de mis contemplaciones. Me sé escribiendo a altas horas de la noche, para otras personas mi vida puede ser el símbolo a seguir, el símbolo de la libertad. Cuántos no quisieran tener la constancia que se requiere para porfiar en un oficio donde pocos alcanzan el reconocimiento mundial, y más aún, son más escasos los que logran vender digamos: unos 10,000 ejemplares. ¿De los que han vendido millones de ejemplares?, pues son contados con los dedos de la mano. Alguien me dijo alguna vez: Mauricio, la gente no se toma la molestia de leer los libros más vendidos. Es curioso, leen quienes quieren aprender a escribir la historia de sus vidas, mírame a mí, soy Decano de una Facultad importante de Humanidades, he escrito un libro diferente, cuyo aporte al acabarlo, luego de una larga investigación, creí, me daría el reconocimiento internacional como Filósofo, pero no me han leído más de 100 personas, a pesar de ser un intelectual reconocido en la ciudad. Que por qué, no te voy a decir que hay escritores elegidos que cuando sea el momento, les darán la oportunidad para ser famosos, o que hay otros que por sus ideas son peligrosos para el orden establecido. Al menos en Perú, a los escritores se les ve como unos borrachitos, adictos a las drogas, lectores conspicuos, pero incapaces de alterar lo establecido. Mauricio, si quieres competir contra el cine o las telenovelas con tus escritos, pues hazlo, porfía en ello, pero te recomiendo que escribas solo con un fin: salvar a una sola persona. El escritor que escribe para salvar a una sola persona, está realizado, que si te fijas bien, ya has visto varias generaciones y, también has sabido del apogeo de algunos como del olvido que ahora pagan por una fama que es efímera. ¿Escribir para ganar concursos? Olvídate de ello. Los concursos sesgan el libre pensamiento de los autores. Desde el momento en que estás postulando a un concurso, sabes bien que deberás sujetarte a la línea editorial que lo convoca, sea un diario o una entidad privada o del estado, como verás, los que ganaron concursos no tienen plena libertad para expresar sus ideas, recuerda que son símbolos emblemáticos de premios que han ganado y representan. Es cierto, todos aspiramos a escribir por lo menos un libro, tú ya llevas varios, y hasta donde sé, eres muy prolífico, y cuando no escribes, estás siempre pendiente de hacer disertaciones grabadas en videos para ser promovidas desde las redes sociales. Nosotros, los mayores o más grandes que tú llamamos a eso pasión. Estás cercano a alcanzar las 3,000 páginas en escritos, ¿sabes cuántas páginas tiene la Biblia completa?, te lo diré de una vez: algo de 3065. Por tanto, ya eres una Biblia, y sin embargo recién tienes 45 años. No bebes, no te drogas, es bien sabido que llevas una vida prudente y que has sabido procurarte amantes para cuando desde tu vida de soltero, de hombre solitario, desees hacer el amor durante la semana, a pesar de saber que lo normal en los casados es hacer el amor diariamente varias veces si es posible, lo sabes porque has convivido. Lo mejor de todo Mauricio es que en todo tu afán de escribir, más allá de tus ideales, eres feliz haciéndolo. Eres un escritor feliz que se dedica a tiempo completo diariamente a ese oficio tan incomprendido.

Miré el reloj mientras recordaba lo que me dijera en su momento el Decano y, subí a la cocina del tercer piso. Lista la sopa de pollo, me serví el plato, y pensé en todos aquellos que quisieron ser escritores. Alcé mi vaso con KR y brindé por todos aquellos que no se quedaron en el camino, los que no renunciaron a seguir escribiendo. El silencio agradable lo decía todo. Dueño de mi destino, me propuse escribir lo que

a tiempo entendí tiene valor cuando uno no es de derecha o izquierda o centro, sino un librepensador.

La noche es larga, siempre me invita a escribir. Pocas personas seguramente en el mundo pueden agradecer esto. Soy mi sueño hecho realidad. No había nada más que añadir, al menos por esta noche.

 

Julio Mauricio Pacheco Polanco

Escritor

 

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Julio Mauricio Pacheco Polanco

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H
Excelente tus relatos, y el ritmo que le vas poniendo muy gastronómicos y cruelmente verdaderos
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