CONFESIONES PERTINENTES

Publicado en por Julio Mauricio Pacheco Polanco

 

 

Nada de nuevo diré para el hombre vivido

Por el contrario, escandalizaré al inexperto

Al que no se conoce, al que de la mujer no ha probado

Lo que bien pueden llamar hipersexualidad en el varón

El descontrol, lo que en exceso es la testosterona

Si acaso aún el muchacho no ha llegado a la erección perenne

Al deseo constante, al desequilibrio en las facultades mentales

Si a más sexo, más descompensación padezca uno.

De ser posible, así se expliquen a los sementales

Desde el temperamento hasta la lascivia

Desde los consejos de las matronas para las muchachas a parir

Solo hijos varones

De este saber que  es axioma,

Es una experiencia inevitable para cada hombre

Donde somos totalmente opuestos a la mujer no en el apetito sexual

Sino en la actitud dominante

En el afán de poder en el sexo, sobre la mujer,

Lo que bien llamamos posesión.

Todos los aprendizajes terminan en esta salacidad,

Una erección que abarca el endurecimiento de todo el cuerpo

Una ofuscación de la razón

Un magnetismo destinado a la procreación,

Si así llega el que se hace hombre ante tal experiencia,

Que apartado yo, me remito a testimoniar

Lo que todo muchacho debe saber.

A más testosterona segregada, más feliz es el hombre

Y más dominante es en el sexo,

¡Dios le libre de las mujeres pérfidas que provoquen celos!

De las emociones violentas la Ley ha hablado bastante

Porque todo en el hombre se sexualiza

Desde sus cinco sentidos en totalidad

Si acaso el vigor se hace pleno a cualquier edad,

 

En los pasos rápidos y seguros por el mundo

La dilatación de las pupilas

El desmedido apetito de querer hacer el amor sin refreno alguno.

¡Jesús no fue Profeta!

Su saber no nos reivindicó jamás.

 

Julio Mauricio Pacheco Polanco

Poeta

 

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