PROVERBIOS PROHIBIDOS
De lo que he escrito, algo debe quedar para el hombre solitario
Para la muchacha que sueña con el amor y no lo conoce,
Para el niño que aún no sabe cómo se mide la fe en la adultez.
De lo que he escrito, una mejor canción proponga el mundo
Una ciudad donde la libertad exista, un hombre feliz
Una madre que anhele tener más hijos que los que tuvo.
De lo que he aprendido y he escrito, debe quedar la perseverancia
Muchas manos unidas donde estén todas las razas
Las oraciones elevadas al Dios Desconocido
Pero sobre todo, la certeza que han sido oídas.
Ni un solo hombre en el extremo, rodeado de idiotas que lo humillen
Ni un solo pueblo donde otros opriman.
De lo que he escrito, que las calles sean como risas de niños
Y los sabios, auténticos sabios con respuestas, no con condecoraciones que
Nada solucionan, nada resuelven en un mundo donde creo
No existen los sabios, solo hombres hábiles para hacer dinero,
Y eso no es sabiduría, eso es destreza entre mercaderes.
De lo que he escrito, unas cuantos libros, deben resistirse a ser consuelo,
Sino ser más bien la esperanza al terminar el día,
Las lágrimas que nadie entiende en el hombre común y corriente
Esos sueños donde la muerte gana y nadie explica por qué razón.
De lo que he escrito, alguien debe inspirarse a lo superior
Para guiar tras su mano las tablas de la ley,
Porque las que tenemos no sirven ya,
Los libros, esos viejos libros, solo nos dividen,
Porque es raro, en mis 45 años, no he conocido hombre libre alguno
Solo hombres que querían resolverse
Y que se alcanzaron después de la muerte entre verdades que detestaron,
Entre el desorden de los que imprimen libros y distorsionan la original voz.
Yo que escribí por vez primera frente al mar
Hurgué en mis preguntas por un mundo donde existiesen respuestas,
No sabía en ese entonces que eso les pasa a todos los poetas.
De lo que he escrito por tanto, mi esperanza es que alguien vaya más allá
De lo que yo pude ir,
Que alguien tenga los brazos más vigorosos que los míos
Y la voluntad más firme que la mía
Para señalar la ruta que perdimos en alguna parte de la vida
Y nos convirtió en lo que somos: escritores solitarios
En medio del mundo.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
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Julio Mauricio Pacheco Polanco