EL CORAZÓN IMPASIBLE
Es extraño, poco sabe el hombre de sí mismo
¿Qué tanto puede perturbar la belleza?
Cuyo ánimo es robado a tal punto de negar a todos.
Inocente la mirada que ve a la mujer y no la conoce,
A salvo está de los placeres que ésta significa.
¡Ah, te enfrenta contra todo y en ello la paz se desvanece!
Puede el hombre ser dueño de su voluntad
Mas las rarezas encontradas que sorprenden
Cuando ya todo estaba decidido
Y nada era capaz de robar la admiración
Desata la pasión ante un cuerpo desnudo
Donde se halla la perfección
Y ante ello nada somos los hombres, nada
Para ceder a la perturbación y la obnubilación,
Si acaso entre las comunes se llega a conocer a las mejores
Y lo que fueran firmes decisiones se rinden sin tregua.
Pobre filósofo, que ama la sabiduría y no conoce el placer.
Después de todos los abismos conocidos
Cuando fueron las muchachas de la juventud
Ya no porfía mi afán en la ilusión,
No por renunciar que eso podemos todos,
Sino la certidumbre de locuras mayores
Después de todos los abismos conocidos,
¡Necio sea el que repita errores que fueron mortales!
Que los placeres los he visto morir
Cuando el apogeo ha decaído
¡Y lo que fue perfecto, nada de bello tiene!
Así de las muchachas he conocido
Pues confieso, no pensé otra vez verme sorprendido.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
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Julio Mauricio Pacheco Polanco