VERSOS EXTRAÑOS PARA UN MUNDO SIN FE
¡Oh, calle oscura que no me asombras!,
¿No vi las últimas estrellas que brillaban
Opacarse entre bardos delirantes y ebrios
Incapaces de hacerle frente a un mundo
Donde su sabiduría es inútil si acaso
Como Poetas quisieron ser maestros?
En otras soledades más intensas
He pensado en los que partieron antes de tiempo
Dejando un rastro de tristeza para los que les leyeron,
Y no soportaron un par de generaciones más
Para alcanzar la sonrisa de los ganadores.
Entre los que odian y son infelices
Ignoro sus discusiones y desdichas,
Dicen que los verdaderos honores son muchas noches calmas
El silencio donde el oído oye más allá del sonido de los músculos,
Las palabras que ahora escribo,
Donde recuerdo algunos años una mente contra su mente,
Un diagnóstico y 5 internamientos en contra de mi voluntad,
Aprendizaje no elegido para ser dueño
De los misterios del ser humano.
Las calles fueron marchas violentas donde era solo yo
Negándome a ser un Kavafis, buscando el amor de una muchacha
Angustia, desesperación y soledad,
Como el conocimiento de quién soy y hasta dónde puedo llegar
Entre falsas amistades, engaños
Contra la fe, en el día de la agitación, de la Plaza tomada
Cuando el muchacho entrara desnudo a la Catedral
Luego que la ciudad expectante palpitara en mi marcha
Cuando errante en la carretera
Hacía lo que nadie nunca haría por los demás.
3 meses sin memoria y nada de rencor con mis iguales,
Dos muchachas sujetándome de las manos
Al momento de salir del estado vegetal
Para preguntarme: ¿qué ha sucedido?,
Si acaso mis ojos vieron de otra forma al mundo
Para en el retorno de la memoria
Recordar la brisa en la tolva del camión
Donde parado a las 03:00 a.m.
Desde la carreta de vuelta a Arequipa
Sentía la misma frustración de los luchadores,
De los que quisimos un mundo mejor.
¿Entonces, por qué tendría que ser un maldiciente,
Alguien que envidie y reniegue?
¿No fui feliz en todas mis razones
Hasta entender el amanecer
Desde donde entendí todos los derechos carentes
Por los cuales tuve que pelear?
¡Ah, plácido recuerdo los recuerdos
Que otros quisieron para escribir!
No sea entonces vano este poema
Si acaso he querido hablar de la libertad y el propósito
De los que somos dueños de nuestros destinos,
Y no recorrimos el mundo entero
Para saber cuál es nuestro lugar,
Adónde pertenecemos.
Julio Mauricio Pacheco Polanco
Poeta
Todos los Derechos Reservados para
Julio Mauricio Pacheco Polanco